Tratamiento de apnea obstructiva del sueño en Madrid | Equipo multidisciplinar

La apnea obstructiva del sueño

El sueño es una función vital básica para mantener nuestro organismo en perfectas condiciones. Mientras dormimos, el cuerpo regula el metabolismo y la temperatura, rebaja los niveles de adrenalina y cortisol y restablece la energía gastada a lo largo del día. Sin el sueño, es imposible llevar una vida normal y nuestra rutina de vigilia se ve seriamente alterada. Por eso, las afecciones o trastornos que afectan al normal discurrir del sueño alteran nuestros ritmos y tienen consecuencias en el desarrollo de otro tipo de enfermedades.

Entre los trastornos del sueño, la apnea obstructiva puede pasar inadvertida para quien la padece pero comporta problemas que se revelan en el día a día y, además, pueden afectar al descanso de las personas que están a nuestro lado, que son a menudo las que dan la voz de alarma ante trastornos de este tipo.

El síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS) se manifiesta en pausas frecuentes en el ritmo de respiración. Durante varios segundos y habitualmente varias veces cada hora, el afectado deja de respirar durante el sueño. De hecho, según el griego antiguo, apnea significa “sin aliento”. Esta obstrucción se debe a la relajación de los músculos de la garganta, la lengua o el paladar, que acaban bloqueando las vías respiratorias. El bloqueo deja sin oxígeno a regiones vitales como el cerebro, el corazón o los riñones; por lo que, al cabo de unos segundos en apnea, el cerebro envía la orden de rehabilitar la función respiratoria.

Es habitual que la apnea obstructiva pase desapercibida durante años. Suele aparecer entre los 40 y los 60 años y es más prevalente en varones que en mujeres, aunque se ha descrito un aumento de casos en éstas a partir de la menopausia. También es posible encontrarla en niños, debido a cuestiones morfológicas, vegetaciones o hipertrofia amigdalar.

Síntomas y riesgos de la apnea obstructiva

Entre los síntomas y riesgos más habituales de la apnea obstructiva del sueño se encuentran:

Hipersomnia y cansancio: La falta de un sueño reparador durante las noches provoca tendencia a quedarse dormido durante el día, una necesidad excesiva de descansar a lo largo de la jornada. En general, se experimenta un mayor cansancio, con problemas de memoria y rendimiento, además de dolores de cabeza e irritabilidad.

Ronquidos: Los ronquidos durante la noche son uno de los síntomas más habituales por los que los familiares de quien padece apnea detectan posibles anomalías en las vías respiratorias. Son ronquidos intermitentes y pueden ser más fuertes de lo normal.

Aumento de peso: La apnea del sueño puede manifestarse también en un aumento de peso inesperado. La falta de oxígeno producida por esta paralización episódica de la función respiratoria altera al metabolismo y facilita el desarrollo de obesidad. Pero al mismo tiempo, tener sobrepeso es un factor importante para padecer posteriormente apnea del sueño, debido a que el exceso de grasa dificulta el trabajo de los músculos implicados en la respiración.

Depresión: La dificultad para regenerar nuestro organismo y recuperar energías tiene su reflejo en el estado de ánimo y puede inducir a enfermedades de índole psicológica como la depresión. Los estudios confirman que las posibilidades de desarrollar este tipo de trastornos se multiplican por cinco.

Falta de apetito sexual: Se ha descrito una merma en la libido de los pacientes con apnea. El deseo sexual se resiente por el continuo cansancio que provoca la hipersomnia y la falta de energía relacionada con las dificultades para dormir de forma correcta.

A consecuencia de este padecimiento de las vías respiratorias es más factible desarrollar hipertensión y diabetes del tipo 2, o estar expuestos a accidentes cardio y cerebrovasculares como el ictus y el infarto. Este es un motivo de peso para iniciar un tratamiento de apnea obstructiva del sueño en cuanto detectemos que sufrimos este problema.