Enfermedad de la tiroides | Endocrinos especialistas en Madrid
Tratamiento del hipertiroidismo, hipotiroidismo, bocio y de los nódulos tiroideos
Hipertiroidismo
Es un trastorno, también conocido como tiroides hiperactiva, en el que la glándula tiroides produce más hormonas tiroideas de las necesarias.
Hipotiroidismo
También llamada tiroides hipoactiva y, al contrario que en el hipertiroidismo, ocurre cuando la glándula tiroides no produce la cantidad necesaria de esa hormona.
Bocio
Se trata del agrandamiento de la glándula tiroides. Suele ser indoloro, pero si alcanza un gran tamaño puede provocar tos, problemas respiratorios y de deglución.
Nódulos tiroideos
Son bultos sólidos o llenos de líquido que se crean por un crecimiento anómalo de las células en la glándula tiroidea. Suelen ser benignos, pero los hay cancerosos.
Pide cita con nuestro endocrino especialista en glándula tiroides
Contacta con nuestra unidad de endocrinología para enfermedades de tiroides en Madrid.
Factores de riesgo y tratamiento
La tiroides es una glándula con forma de mariposa o pajarita que se encuentra justo bajo nuestra nuez y que desempeña un papel fundamental en nuestro estado de salud. Produce unas hormonas conocidas como T3 (triyodotironina) y T4 (tiroxina), cuyo compuesto básico es la tiroxina y que ayudan a controlar funciones centrales de nuestro organismo. Entre ellas, la tiroides sirve para regular el metabolismo, la temperatura corporal, el crecimiento, el sistema nervioso y el ritmo cardíaco.
Además, si queremos saber qué perfiles de personas son más propensas a padecer enfermedades tiroideas, es importante conocer previamente que existen diferentes elementos que incrementan las posibilidades de padecerlas.
Algunos de los factores de riesgo de tiroides más destacados son:
- Antecedentes familiares de enfermedades tiroideas
- Ser mujer
- Tener más de 60 años
- Haber estado embarazada recientemente
- Menopausia
- Endometriosis
- Ingesta de fármacos como el litio o la amiodarona
- Enfermedad endocrina previa como celiaquía, diabetes tipo 1 o enfermedad de Addison
- Fibromialgia o fatiga crónica
Tratamientos para enfermedades tiroideas:
En cuanto al tratamiento de la tiroides, no existe uno único, ya que, en función de los síntomas y de los resultados que arrojen las pruebas médicas de cada paciente, la mejor opción variará desde la toma de medicación hasta la intervención quirúrgica.
La medicación podría ayudar, por ejemplo, a incrementar la producción de hormonas en el hipotiroidismo o a limitarla si se trata de hipertiroidismo. En cirugías, las operaciones podrían implicar la extracción de glándulas o bocios perjudiciales para la salud del paciente. No obstante, en ambos escenarios todo el proceso deberá ser analizado y evaluado por un profesional endocrino.
Además, en cualquiera de los dos casos, y ante patologías vinculadas a la glándula tiroidea, es imprescindible que se lleven a cabo protocolos de prevención. De ello se encarga nuestra unidad de endocrinología, que cuenta con las últimas técnicas de diagnosis y con los mejores especialistas en estas patologías endocrinas.
Principales tipos de enfermedades de la tiroides y sus síntomas
Hipertiroidismo
- Consiste en la hiperactividad de la glándula tiroidea y es una patología que puede presentarse a cualquier edad. No obstante, las estadísticas muestran que la incidencia es superior en las mujeres, sobre todo durante la menopausia y después del parto. El paciente con hipertiroidismo tiene unos síntomas que reflejan, a rasgos generales, una aceleración de sus funciones orgánicas. Destacan entre ellos el aumento de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial, las arritmias, la pérdida de peso a pesar del aumento del apetito la sudoración excesiva, la ansiedad y las dificultades para conciliar el sueño. Asimismo, suele producirse la alteración de los periodos menstruales. La enfermedad de Graves, que consiste en un trastorno autoinmunitario, es la causa más frecuente de hipertiroidismo.
Hipotiroidismo
- Tiene lugar cuando se reduce la actividad de la glándula tiroides. Los síntomas más habituales del paciente con hipotiroidismo son el cansancio, el aumento de la sensibilidad al frío, la apatía e indiferencia, la piel seca, el cabello seco y quebradizo, así como el aumento de peso y la debilidad muscular y articular. Como ocurre con el hipertiroidismo, el hipotiroidismo también es más frecuente en el sexo femenino y en edades a partir de la franja de los 40-50 años. Asimismo, la causa más frecuente es la tiroiditis de Hashimoto, que ocasiona una progresiva destrucción de la tiroides por una reacción autoinmune.
Bocio
- Cuando la glándula tiroidea aumenta su tamaño de forma anómala, estamos ante un bocio. En la mayoría de los casos, el único síntoma del bocio es que el paciente nota un bulto en su cuello. De hecho, el diagnóstico del especialista suele llevarse a cabo por inspección y palpación. No obstante, existen otros síntomas habituales como la sensación de opresión en la garganta, la hinchazón del cuello, la afonía o ronquera y la dificultad para tragar y respirar, llegando incluso a sentir ahogo. Además, en los bocios que se generan por otras afecciones, como el hipotiroidismo o el hipertiroidismo, también puede notarse cansancio, irritabilidad e insomnio. Con el tratamiento correcto es una enfermedad que no suele generar problemas graves, pero la prevención y el seguimiento por parte de un profesional es clave para su cura.
Nódulos tiroideos
-
- Ocurren cuando tiene un lugar un crecimiento focal en la glándula tiroides. Pueden estar compuestos por una estructura sólida, quística o mixta, así como ser únicos o, con más frecuencia, múltiples, conformando un bocio multinodular. Por norma general, no suelen causar síntomas, y a menudo los pacientes descubren que los tienen en un control rutinario con su doctor en el que le examina el cuello por otras cuestiones. En su mayoría, estos nódulos, muy comunes, son benignos, pero conviene monitorizarlos porque una pequeña proporción de ellos sí contienen cáncer de tiroides. Además, conviene vigilarlos, sobre todo cuando estos nódulos se agrandan en exceso, ya que pueden comprimir la tráquea, el esófago o los nervios recurrentes, dificultando la respiración y la deglución.
Las patologías mencionadas son algunas de las más comunes relacionadas con la tiroides, pero cada paciente requerirá de un estudio personalizado y exhaustivo para conocer su historial médico y su caso concreto. Solo de esta manera se le podrá ofrecer la atención y el tratamiento más adecuado a sus necesidades e identificar así, otras patologías menos comunes en sociedad como lo es la tiroiditis subaguda, por ejemplo, o incluso si existen indicios de cáncer de tiroides.
Preguntas frecuentes sobre la tiroides, el hipertiroidismo y el hipotiroidismo
¿La tiroides hace adelgazar o engordar?
La respuesta es correcta en ambos casos, ya que dependiendo del tipo de tiroides que padezca el paciente se puede experimentar tanto una pérdida como un aumento de peso. De hecho, según la Asociación Americana de Tiroides, en el caso del hipertiroidismo, muchos pacientes adelgazan porque su metabolismo basal se eleva. Sin embargo, al mismo tiempo, la organización americana explica que en el hipertiroidismo también puede darse un aumento del apetito, por lo que puede ocurrir que los pacientes no solo no bajen de peso, sino que lo incrementen por una mayor ingesta de calorías. Por otro lado, en el hipotiroidismo el metabolismo basal disminuye y suele asociarse con un aumento de peso moderado. En este caso, los pacientes pueden engordar por una acumulación excesiva de sal y agua.
¿Cómo afecta la tiroides en el embarazo?
Durante la gestación se produce una sobrecarga de la actividad de la tiroides y la producción de esta hormona suele incrementarse entre un 40 y un 100%. Esto ocurre porque la glándula tiroides no solo tiene que seguir trabajando en las funciones habituales del organismo, sino que además tiene que empezar a ocuparse del desarrollo del feto. Por ello, es muy común que las mujeres embarazadas sufran algún tipo de alteración en el funcionamiento de la tiroides durante este periodo, sobre todo aquellos relacionados con la disfunción tiroidea como la hipofunción de la tiroides. Para prevenir posibles complicaciones durante el embarazo es recomendable acudir a un profesional endocrino que valore el estado de la función tiroidea.
¿Cómo sé si tengo un problema de tiroides? ¿Cómo se diagnostica esta enfermedad?
A pesar de que hay sitios web en la Red que sugieren que cualquiera puede realizarse un autodiagnóstico de tiroides, lo cierto es que esta práctica entraña riesgos para el paciente y siempre ha de ser supervisada por un profesional endocrino. Este analizará su historial médico, le preguntará por posibles antecedentes familiares y le realizará una analítica de sangre para evaluar el nivel de la hormona tiroidea y saber si está hiperactiva o hipoactiva. En función de los síntomas de cada paciente, el especialista también podría llevar a cabo otras pruebas como la de captación de yodo radioactivo para conocer la producción de los niveles de hormonas tiroideas o la del ultrasonido de la tiroides para valorar posibles nódulos o, incluso, para detectar cáncer de tiroides.
¿Qué es y cómo se diagnostica la enfermedad de Hashimoto?
La enfermedad de Hashimoto o tiroiditis crónica es un trastorno común en el que se produce una reacción del sistema inmunitario contra la glándula tiroides. Ocurre a cualquier edad, aunque suele afectar en mayor proporción a mujeres de mediana edad y a personas con antecedentes familiares de tiroides. Esta enfermedad suele cursar de forma lenta y pueden llegar a pasar meses o años hasta que su presencia se percibe en los niveles hormonales tiroideos. Por este motivo, esta enfermedad suele diagnosticarse en pruebas rutinarias o en revisiones médicas de pacientes que ya presentan síntomas de alguna enfermedad tiroidea como el hipotiroidismo o los bocios.
Especialista en el tratamiento de enfermedades de la tiroides
Nuestro endocrino experto en hipertiroidismo e hipotiroidismo
Dr. Miguel Camblor Álvarez
Endocrinología
Dr. Gustavo Albi Rodriguez
Radiología