Tratamiento de hipertensión renovascular | HTA de origen renal
Estenosis de la arteria renal u oclusión de las arterias que transportan sangre a los riñones
¿Se puede prevenir?
En la mayoría de los casos, la estenosis u oclusión de la arteria renal se puede prevenir evitando el endurecimiento de las arterias (ateroesclerosis). Para ello, es fundamental la detección temprana de síntomas y la adopción de medidas.
¿Cómo se detecta?
Detectamos soplos renales con estetoscopio y realizamos análisis de sangre y orina específicos. Además, mediante exámenes imagenológicos podemos confirmar la existencia de un estrechamiento de las arterias renales.
¿Cuáles son los tratamientos?
En función del cuadro clínico y la gravedad de la estenosis de la arteria renal de un paciente, aplicamos un tratamiento farmacológico a medida o realizamos una revascularización mediante una angioplastia de las arterias renales.
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¿Qué es la estenosis renal o hipertensión renovascular?
Es una afección en la que se produce el estrechamiento de al menos una de las arterias renales o sus ramas. Estas son las encargadas de transportar la sangre a los riñones para que puedan realizar correctamente su proceso de filtrado. En consecuencia, el flujo sanguíneo disminuye y los riñones pueden sufrir daños que deriven en otras enfermedades como la nefropatía isquémica o la insuficiencia renal. La estenosis renal engaña al riñón: al no llegar suficiente sangre, cree que la presión arterial es demasiado baja y estimula la producción de la enzima renina (hormona que ordena retener más sal y agua). Esto produce una secuencia de reacciones que aumenta la presión arterial en todo el cuerpo. Cuando hablamos de la hipertensión arterial de origen renal nos referimos a este proceso.
La hipertensión renovascular se produce de forma gradual y, de no tratarse, se puede llegar a la oclusión de la arteria renal (bloqueo u obstrucción de al menos una de las arterias renales o sus ramas). En estos casos los daños en el riñón pueden ser permanentes.
¿Cuáles son las causas?
La causa más común es el colesterol alto, ya que las grasas y placas (sustancia pegajosa) que se encuentran en la sangre pueden adherirse a las paredes de las arterias renales causando ateroesclerosis. Este proceso acumulativo reduce el flujo sanguíneo, provoca heridas y un estrechamiento de las arterias renales. La ateroesclerosis puede afectar a cualquier parte del cuerpo y se produce en casos de colesterol alto, hipertensión arterial, diabetes, consumo de alcohol, tabaco y drogas.
La displasia fibromuscular es una patología en la que existe una alteración de los músculos de las paredes de las arterias. Las células se desarrollan y crecen de forma anómala estrechando la vena y derivando en estenosis renal. Se produce en mayor medida en mujeres menores de 50 años y, por lo general, es hereditaria y empieza durante la infancia.
Otras causas como una presión anormal del abdomen sobre las arterias renales, un traumatismo abdominal o lumbar, trastornos de coagulación, embarazo, deshidratación, tumores o la inflamación de los vasos sanguíneos, también pueden provocar hipertensión renal, pero son casos muy aislados.
Principales síntomas de la estenosis renal
Por lo general, la estenosis renal es asintomática y solo produce síntomas cuando su estado es muy avanzado o existe una oclusión total de la arteria. Sin embargo, hay ciertos cuadros clínicos que nos pueden advertir de su existencia:
- Altos niveles de proteínas en la orina
- Presión arterial alta que no responde a los tratamientos
- Disfunción renal
- Retención de líquidos
- Dolor constante en la zona lumbar y abdominal
- Cansancio, náuseas, fiebre y vómitos
- Insuficiencia cardíaca inexplicada
- Hipertensión arterial brusca en menores de 30 años o mayores de 50
- Hipertensión estable que empeora rápidamente
- Presencia de sangre en la orina
- Falta de aire
¿Cómo prevenimos, detectamos y tratamos la hipertensión renovascular?
Prevención
- La estenosis nefrítica no siempre se puede prevenir. Sin embargo, existen ciertos hábitos que podemos adoptar, estos son comunes para todas las enfermedades que afectan a la circulación sanguínea. Son pautas recomendadas por los organismos internacionales de salud y válidad para la prevención de otras muchas patologías: reducir el consumo de sal, llevar una dieta equilibrada, mantener un peso saludable, evitar el consumo de alcohol y tabaco, realizar actividad física adecuada a nuestra condición y reducir el estrés.
Diagnóstico
- Antes de empezar a realizar pruebas de imagen o de caterización de las venas renales, nuestros nefrólogos empezarán por la exploración física, las pruebas de laboratorio, la valoración de los síntomas y de los antecedentes médicos del paciente. Este punto es muy importante, ya que un médico que no tenga suficiente experiencia, puede someternos a pruebas invasivas que no son necesarias. La angiografía por resonancia magnética, la angiotomografía computarizada, la gammagrafía de perfusión y la ecografía Doppler, nos ayudan a detectar el estrechamiento u oclusión de las arterias renales, pero tienen ciertos inconvenientes. Estas pruebas por imagen pueden ser nefrotóxicas, ya que requieren del uso de medios de contraste que pueden aumentar el riesgo de daño renal, fibrosis o formación de tejido cicatricial en el organismo. Por lo tanto, es de vital importancia valorar la aplicación de estas técnicas diagnósticas en cada caso concreto.
Estos son los procedimientos diagnósticos:
- Exploración física y detección de soplos mediante estetoscopio
- Revisión de historial clínico y antecedentes
- Análisis de sangre y orina para detectar alteraciones
- Ecografía Doppler
- Tomografía computarizada
- Arteriografía por resonancia magnética 3D
- Arteriografía renal con inserción de catéter
Tratamiento de la hipertensión de origen renal
- Nuestros tratamientos tienen por objetivo recuperar la normalidad del flujo sanguíneo de las arterias renales y evitar el futuro desarrollo de esta patología. Con este enfoque conseguimos que la presión arterial vuelva a niveles normales, restauramos la función renal y eliminamos los factores predisponentes. Realizamos una combinación de tratamientos óptima y específica para cada paciente. Una estenosis renal moderada puede curarse con cambios en el estilo de vida y administración de fármacos. En cambio, en casos graves u obstrucción puede ser necesario restablecer el flujo sanguíneo con procedimientos quirúrgicos. Una vez más, el criterio de un nefrólogo experimentado es clave para el éxito en la recuperación del enfermo.
Tratamiento farmacológico
- Inhibidores de la angiotensina y antagonistas de sus receptores: actúan relajando los vasos sanguíneos evitando que se contraigan.
- Anticoagulantes por vía oral o intravenosa: evitan que los coágulos aumenten de tamaño y previenen la formación de otros.
- Fibrinolíticos o trombolíticos: disuelven los coágulos.
- Antagonistas del calcio: sirven para relajar los vasos sanguíneos.
- Diuréticos: ayudan a eliminar el exceso de agua y sal.
- Betabloqueantes: en función del fármaco usado, pueden inhibir la enzima renina o reducir el ritmo cardíaco y relajar las arterias.
Tratamiento de revascularización
En los casos graves en los que otros tratamientos no invasivos no funcionen, el nefrólogo puede considerar la intervención quirúrgica para abrir el vaso y así liberar la arteria. Estos procedimientos son seguros, pero son menos comunes y no se deben indicar de forma rutinaria, ya que implican mayor riesgo de complicaciones para el paciente.
- Angioplastia con balón: procedimiento mínimamente invasivo que se realiza de forma percutánea y consiste en la introducción de un catéter que tiene un globo en su extremo hasta la arteria renal. A continuación, se infla repetidamente este globo hasta ensanchar y liberar la zona obstruida.
- Angioplastia renal con colocación de stent: se realiza el mismo proceso que en la angioplastia con balón pero es más efectiva, ya que se coloca un pequeño tubo hueco llamado stent en la zona de la arteria afectada. Esto mantendrá las paredes abiertas evitando así que la obstrucción se vuelva a repetir en el futuro.
- Cirugía de la arteria renal o baipás: es un proceso inusual en la actualidad. Mediante una intervención quirúrgica se procede a liberar la arteria obstruida o se realiza un baipás para sustituir la arteria dañada por una nueva. El baipás puede implicar conectar la arteria renal a otros vasos sanguíneos sanos para restablecer el flujo sanguíneo hacia el riñón.
Preguntas frecuentes sobre estenosis o hipertensión arterial de origen renal
¿Qué diferencia hay entre estenosis de la arteria renal y oclusión?
En pacientes con estenosis renal, el flujo de sangre hacia el riñón disminuye por un estrechamiento o bloqueo progresivo de una o las dos arterias principales o sus ramas. Sin embargo, cuando existe oclusión renal, se produce una obstrucción completa, por lo que la sangre ya no puede circular hacia los riñones y pueden quedar dañados de forma permanente. Normalmente, la oclusión se produce por una estenosis que no ha se ha detectado a tiempo y, por lo tanto, no ha sido tratada.
¿Si me he curado de una estenosis renal, tengo que tener algún seguimiento?
Tanto los pacientes tratados con fármacos como los que se han sometido a una intervención como la angioplastia u otras, deben llevar un seguimiento. En el primer caso, tiene que acudir a su nefrólogo para revisar su medicación y realizarse exámenes periódicos que permitan detectar cualquier recaída de forma temprana. En el segundo, es necesario monitorizar su presión arterial por riesgo de hipotensión tras la intervención. Además, también tendrán que seguir un tratamiento con fármacos y realizarse diversas pruebas después de la operación.
¿Se puede producir hipertensión renovascular o HTA secundaria en niños?
Durante la infancia se pueden producir cuadros de hipertensión con causa desconocida. Este cuadro médico puede ser secundario y deberse a un problema renal como la estenosis. La hipertensión renal es la causa de la hipertensión arterial durante la infancia entre un 5 % a 10 % de las veces. Entre las causas de hipertensión renovascular durante la infancia tenemos la displasia fibromuscular, la enfermedad de Kawasaki, la compresión por tumores y algunos síndromes como el de Marfan o William.
¿La hipertensión renal puede provocarme otras enfermedades?
Sí. Como hemos explicado, la estenosis renal puede provocar hipertensión arterial por procesos como la secreción de la enzima renina. En estos casos, la HTA sería una consecuencia secundaria de esta patología de las arterias renales. Por lo tanto, de ella podrían derivar todas las enfermedades propias de la hipertensión. Dependiendo de su gravedad, puede llevar a consecuencias graves para el organismo: ataque cardíaco, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca, nefropatía, aneurisma aórtico, arteriopatía periférica y daños en la vista.
Especialistas en estenosis renovascular
Nuestros nefrólogos de Madrid son expertos en la obstrucción y estrechamiento de las arterias renales.
Dr. Alberto de Lorenzo Álvarez
Nefrología
Dr. Antonio Fernández Perpén
Nefrología