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En la búsqueda incansable por alcanzar la mejor versión de nosotros mismos, a menudo recurrimos a métodos aparentemente inofensivos, como las dietas ricas en proteínas y los suplementos de aminoácidos. Sin embargo, tras esta apariencia de salud y vitalidad, se esconde un riesgo silencioso que merece nuestra atención: los posibles efectos adversos en la función renal.

En este artículo, exploraremos cómo el consumo excesivo de proteínas, ya sea a través de suplementos o dietas hiperproteicas, puede afectar la salud de nuestros riñones y qué medidas preventivas podemos tomar para mantener un equilibrio óptimo entre la nutrición y la salud renal.

¿Qué son las proteínas?

Las proteínas no son más que compuestos generados por la unión de múltiples aminoácidos. Sabemos que existen 20 aminoácidos diferentes, de los cuales 9 son esenciales, es decir, no generados por el cuerpo y por lo tanto provenientes exclusivamente de la dieta. Los aminoácidos además de servir para la fabricación de proteínas pueden ser sometidos a oxidación por el cuerpo para la obtención de energía. 

El ejercicio, fundamentalmente el de resistencia, estimula de manera simultánea la fabricación de proteínas (a partir de aminoácidos) y su degradación. Este proceso condiciona la reparación y remodelado muscular. En el caso de las proteínas musculares (miofibrilares), este proceso de remodelado del músculo es lento y precisa de al menos 6-8 semanas de estímulo (de ejercicio) para que comiencen a observarse cambios físicos. Cabe reseñar que, múltiples estudios han demostrado que es en el período postejercicio cuando más aumenta la generación o síntesis proteica.

 

¿Qué es una dieta hiperproteica y cuál es su objetivo?

Sabemos que la ingesta proteica adecuada que cubre las necesidades del 97-98% de la población es de 0.83gr de proteína por Kg de peso de la persona al día (0.83gr/Kg/día). Es decir, para una persona de 70Kg la ingesta diaria recomendada de proteínas debería ser en torno a 58gr.

La mayor parte de estudios y guías internacionales definen como dieta hiperproteica aquella que conlleva un consumo superior a 1.2-1.5gr/Kg/día, o bien que la proteína suponga >12-15% del total energético, independientemente de que se consiga con alimentos o con suplementos nutricionales.

 

Suplementos proteicos y salud renal: ¿un vínculo a considerar?

La creciente popularidad de las dietas hiperproteicas ha llevado a un aumento en el consumo de suplementos proteicos, especialmente entre atletas y aquellos que buscan perder peso. Sin embargo, la falta de estudios a largo plazo y la escasa investigación sobre sus efectos renales plantean preguntas sobre su seguridad.

 

Evaluando el impacto renal de las dietas hiperproteicas

Es crucial reconocer que seguir un estilo de vida saludable no garantiza la salud renal, especialmente cuando se trata de la ingesta de suplementos deportivos. La necesidad de una evaluación renal previa y un seguimiento continuo se vuelve evidente, ya que el consumo excesivo de proteínas puede generar una hiperfiltración renal, que con el tiempo puede llevar a daños irreparables.

 

Desafíos en la investigación y recomendaciones

Los estudios disponibles sobre los efectos renales de las dietas hiperproteicas en atletas son limitados en tamaño y duración, y a menudo carecen de un análisis exhaustivo de la función renal. Sin una evaluación adecuada, las conclusiones y recomendaciones sobre estos regímenes dietéticos carecen de solidez y pueden ser engañosas. En las siguientes secciones, exploraremos dos posibles complicaciones renales asociadas con estas dietas: la proteinuria y el deterioro progresivo de la función renal.

 

Proteinuria

Se entiende por proteinuria la pérdida de proteínas por la orina. A pesar de que el deportista que toma suplementos mantenga función renal normal, es de vital importancia revisar la aparición de proteínas en la orina con el paso del tiempo. La existencia de éstas implica un riesgo elevado de deterioro progresivo de función renal y refleja ya la existencia de un daño (enfermedad) renal. Es de vital importancia identificar a su vez, el tipo de proteína que el paciente pierde (albuminuria versus proteinuria tubular u otras). 

Deterioro de función renal

Tras un período inicial de sobresfuerzo renal (hiperfiltración) por la excesiva carga de proteínas, con el paso del tiempo la función vuelve a su situación previa (filtración normal) implicando ya una pérdida de funcionamiento. 

Es decir, suponiendo que previo a la ingesta de suplementos partíamos de una función renal del 100%, y que con la ingesta de los mismos esta función aumenta hasta el 150% (por ejemplo), el consumo continuado de una excesiva cantidad de proteínas puede con el tiempo hacer caer de nuevo la función hasta el 100%, perdiendo por lo tanto un 50%. El riesgo en este momento es que continúe la pérdida de función progresivamente y aparezca además en consecuencia proteinuria, que como hemos visto, aumenta aún más el riesgo de empeorar la funcionalidad renal. 

Valoración del riesgo del paciente

El chequeo renal es esencial para mantener la salud de nuestros riñones. Descubre por qué es importante, qué se evalúa y cómo puede beneficiar tu bienestar general.

 

Presencia de alguno de estos:

          • Función renal por debajo de lo normal en orina de 24h*.
          • Proteinuria/albuminuria en orina de 24h.
          • Alteración del sedimento urinario (hematuria, etc)
          • Anomalía anatómica renal en ecografía (monorreno, asimetría renal, cicatrices, riñón en herradura, etc)  

Presencia de alguno de estos:

          • Función renal por debajo de lo normal en orina de 24h*.
          • Proteinuria/albuminuria en orina de 24h.
          • Alteración del sedimento urinario (hematuria, etc)
          • Anomalía anatómica renal en ecografía (monorreno, asimetría renal, cicatrices, riñón en herradura, etc)  
*Dada la mayor masa muscular del deportista respecto a la población de su misma edad sin actividad deportiva, y al cada vez más extendido consumo de creatina en el mundo del deporte, la medida de función renal debe hacerse mediante la determinación del aclaramiento de creatinina en analítica de orina de 24 horas, y no mediante fórmulas de estimación del filtrado glomerular que habitualmente aparecen en las analíticas sanguíneas.

 

 

Conclusión

El deportista debe conocer los riesgos para tomar una decisión acerca de la ingesta de suplementos proteicos (o dietas hiperproteicas) en base a un balance de riesgo/beneficio sobre su salud. Toda la información sobre las posibles consecuencias renales debe ser explicada por un nefrólogo familiarizado y con experiencia en el tema, que estime el riesgo en el paciente en concreto. Para ello es imperativo conocer la situación funcional de sus riñones y la existencia o no de otros datos que implican disfunción renal. 

Lo ideal es que previo al inicio de la suplementación el deportista se realice un chequeo de función renal y de existencia de proteínas en la orina. De esta manera se puede valorar el riesgo real. Si finalmente se decide a seguir una dieta hiperproteica es recomendable seguir revisiones periódicas de funcionalidad renal identificando además la eventual aparición de proteínas en la orina, todo ello medido de la manera más precisa.

 

 

alberto de lorenzo

Alberto de Lorenzo

Especialista en Nefrología e Hipertensión

MIP Salud Madrid

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